En 1903 cambió la historia y con ella, el devenir de la sociedad, y su manera de proyectarse a través de lo escrito. Un cambio al que había dado vida Gutenberg con la creación de la imprenta. A la saga de esta idea que dio un vuelco irreversible en la Humanidad, otro visionario continuó en la investigación y se encargó de modernizar esta idea que propició la creación de los primeros libros, pasando del manuscrito a la escritura, a través de moldes que »formalizaron» la escritura.
De la imprenta a la reproducción por impresión a color
Las letras no experimentaran un giro de tuerca como el que propició el creador de la imprenta; no obstante, a la saga de este grande invento, a principios del siglo XX otra mente brillante se dedicó a la investigación relacionada con la reproducción de documentos y archivos; y tras cientos de pruebas pudo hacer real su idea, creando la reproducción rápida de documentos por revelado instantáneos de un negativo fotográfico, creando así lo que hoy conocemos como la fotocopia.
Se trata de un sistema tan cotidiano, que pocas veces nos detenemos a detallarlo y a preguntarnos, cuál fue su origen y lo tiene; por cierto, mucho más antiguo de lo que nos imaginamos. Retrocediendo en el tiempo, el principio de esta técnica de multiplicación de documentos nos llevará a la llamada xerografía, y este método hasta la civilización griega, la cual da origen a esta palabra cuyo significado nos conduce a xero: seco y graphein: escribir.
Partiendo de este principio ya utilizado por esta antigua civilización, el norteamericano Chester Carlson, se inició en la llamada electrografía, curiosamente, en aquel momento fue rechazado por una veintena de instituciones, hasta que en el año 1944 el instituto Memorial Battelle y Ohio, tras ver la efectividad de su idea, firmó un acuerdo con Carlson y comenzó el desarrollo de la xerografía implementando su técnica.
Más tarde, en el año 1947 se firma el primer acuerdo con un pequeño negocio llamado Haloid, la cual con lo años, se convirtió en la poderosísima marca que a día de hoy conocemos como Xerox, la cual comercializó la primera máquina fotocopiadora una década después.
Reproducción láser y reproducción a color
Tras el rotundo éxito de la reproducción en blanco y negro; la investigación continuó, esta vez desde otro lugar del planeta. Es entonces cuando los japoneses, hicieron una más innovadora propuesta ( si se quiere) y a través del gigante de la impresión por todos conocido como Cannon, en 1973 el mundo volvió a asombrarse con la fotocopiadora láser y en 1986 esta misma empresa vuelve a impresionar creando la reproducción a color.
Con un origen sumamente poético, pues esta creación provino de la observación de las hojas caídas en la nieve, cuando sus inventores comprobaron que las más oscuras absorben más energía radiante que las blancas. Años más tarde en la Unión Soviética, también se patentaron fotocopiadoras, creadas sobre este sencillo principio.
Podríamos vivir hoy en día, prescindiendo de las máquinas fotocopiadoras?
La respuesta es un un ‘No» rotundo, en virtud de todas las ventajas personales, empresariales y educativas que nos brinda, este sistema de reproducción, al que hay que añadir ventajas como la rapidez y la sencillez en su diaria utilización, forma ya parte de nuestras vidas, en casa, trabajo y en la escuela, sería imposible el desarrollo de un día normal si ellas.
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